Estación dos, Distrito trece, Año 1705
Asterin kendrick:
El camino hacia la taberna estaba iluminado por la luz plateada de la luna llena, que se filtraba entre las ramas de los árboles, pintando el sendero con sombras danzantes. Cada paso que daba resonaba en el aire nocturno, y aunque me sentía libre, con el peso de las reglas que siempre había tenido que seguir finalmente aliviado, también estaba alerta. Sabía que en la manada no todo era seguro. Había personas malas que se deslizaban entre los callejones y sombras. Además el distrito nueve está cerca del bosque, y en Eberdel habitan seres que no dudaban en atacar a quien se les acercara demasiado. Los rumores sobre los peligros del bosque habían sido suficientes para mantenerme dentro de los muros del castillo y la manada durante años, pero esa noche, era diferente. Estaba sola, sin nadie que me vigilara, pero aún así la sensación de ser vulnerable no me dejaba. Cada crujido o movimiento en la oscuridad me hacía tensarme, y no pu