Jayden Hendrix:Me examino con meticulosidad frente al espejo, cuidando que cada detalle de mi atuendo sea impecable. Mi traje negro de gala cae con precisión sobre mi cuerpo atlético. Mis ojos recorren cada línea y pliegue del traje, asegurándome de que no haya imperfecciones que puedan arruinar mi apariencia. Mi cabello, rojizo como el fuego, enmarca mi rostro de piel clara, resaltando mis ojos azules. Mi porte es el de un rey, no puedo evitar sentirme satisfecho al ver reflejada mi imagen. Los que se atrevan a mirarme no podrán evitar quedar fascinados.Con sumo cuidado, coloco mi corona de rubíes sobre la cabeza. Cada joya brilla intensamente, añadiendo un toque de extravagancia a mi atuendo. Estoy listo para enfrentar las quejas diarias, que son una constante en la vida de un monarca. Siempre es lo mismo: súplicas, demandas, problemas que parecen no tener fin. Pero, a pesar de todo, un rey como yo debe vestirse con dignidad, no solo para mí, sino para mantener la imagen de poder
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