Cenamos muy a gusto, los Evans realmente eran personas muy agradables, los niños aún más, Harley era una niña muy animada; durante toda la cena fué el centro de atención, a diferencia de su pequeño hermano que prefería pasar desapercibido.
La pequeña había hablado de lo mucho que le gustaban las princesas y en ocasiones su hermano afirmaba eso contando anécdotas sobre ella hablando de dichos personajes.
Eran realmente un encanto esos niños.
A simple vista era más que obvio la debilidad que tenía James Evans por su hija mayor, y es que la miraba con tanta adoración que por un momento no pude evitar las mirada similares que mi padre me dirigía a mí.
La niña estaba muy consciente del poder que tenía sobre su padre, pues, nos los demostró en un par de ocasiones cuando había persuadido al líder familiar para que la llevará a Disney antes de regresar a Los Ángeles.
En una ocasión y tras las ocurrencias de la pequeña diva, Damián le comentó a James que sin duda pagaría todos sus pecados por