Alai
No puede ser, esto no me puede estar pasando a mí. Siento como si todo ocurriera en cámara lenta.
- ¿Por qué? - me mira a los ojos. - Porque me hiciste esto
su voz es suplicante, una lágrima se desliza por mi mejilla y cuando intento hablar, los dos guardias lo toman de los brazos y veo cómo él comienza a forcejear para que lo suelten.
- ¡¿POR QUÉ, ALAI?! ¡¿POR QUÉ MIERDAS ME HICISTE ESO?! - no lo soporto, siento como una mano toca mi hombro y es Matías.
- Tranquila, nena, todo va a estar bien - me hierve la sangre, me zafó de un tirón de su agarre, tomo mis cosas y me voy a mi casa, no quiero estar aquí.
Al llegar a casa intento llamar a Máximo pero no contesta. Le envío mensajes pidiendo que me deje explicarle, pero nada, no responde.
Decido bañarme y cuando salgo me meto en la cama, pero no logro conciliar el sueño. Mañana tengo que ir a trabajar, así sea para recibir mi carta de despido, pero tengo que poner cara. Necesito que Máximo me escuche.
Son las 7 am, me levanto y me m