Mundo de ficçãoIniciar sessãoLos siguientes días estuvieron llenos de tensión para Aria. A pesar de que tanto su hermana como su mejor amiga intentaban tranquilizarla, no conseguir trabajo la preocupaba en demasía. Sabía que los pocos ahorros que tenía no durarían para siempre, y esa sensación de depender de otros —por más que fueran su refugio— le pesaba más de lo que admitía.
Esa mañana comenzó tranquila en la casa de Sophie. El sol se filtraba tibio por las cortinas, y el aroma a pan recién tostado se mezclaba con el del café. Aria se sentó a desayunar con las dos, intentando convencerse de que todo iba a mejorar.
Martina estaba concentrada revisando los últimos detalles de su viaje a Canadá; tenía los apuntes desplegados sobre la mesa y una lista int







