~Pov de Damien~
Cuando todos se marcharon, por fin nos quedamos a solas. Mi ángel se quitó las zapatillas y se acurrucó a mi lado, abrazándome con dulzura.
—¿Crees que Erick y Melany arreglen las cosas? —me preguntó, su voz sonando un poco apagada.
Mientras veíamos un capítulo de una serie policíaca a la que no prestaba la más mínima atención, me encogí de hombros, perplejo.
—No sé, ni siquiera entiendo por qué están disgustados.
Alisha esbozó una sonrisa que iluminó su rostro y, con un entusiasmo contagioso, empezó a narrarme el drama en el que Erick se había visto envuelto desde que Melany lo había dejado. No pude evitar sentir una punzada de empatía por ella. Con el divorcio de sus padres, sabía que estaba atravesando un momento muy duro; ellos eran su roca, y ese golpe familiar debía ser devastador.
Suspiré, movido por el recuerdo.
—Qué te puedo decir... Melany siempre ha sido el primer amor de Erick.
—¿Cómo? —inquirió Alisha, sus ojos se abrieron de par en par. La sorpresa