~Pov de Alisha~
Ya me había puesto la ropa interior y tenía la blusa desabotonada, buscando con desesperación el pantalón. Mientras, Damien bebía agua con total tranquilidad, sentado en el sofá, solo con sus bóxers y la camisa desabotonada.
De un tirón en el brazo, me sentó en su regazo.
—¿Qué tanto haces? —inquirió, su voz un murmullo juguetón.
Bufé, punzando su pecho con un dedo.
—Mira qué horas son. Tenemos que desalojar el salón. ¡Además, qué vergüenza el desorden que causamos!
Soltó una risa sutil, ofreciéndome agua de su botella.
—No te preocupes. Si es necesario, compro el restaurante.
Pestañeé, riendo con sarcasmo. Rodé los ojos y me levanté, rozando sus labios en un beso fugaz. Le regresé la botella y seguí buscando mi ropa.
—Ja, claro. Se me olvida que hablo con el señor Müller. ¿Por qué no te vistes mejor, señor millonario?
Él soltó una carcajada y, sin que me diera cuenta, me tiró la ropa encima con una expresión de burla. Del golpe, lo miré con frialdad.
—¿Eres