~Pov de Alisha~
Por otra parte, Brina, que no soportaba a Elizabeth y su dominio en los laboratorios, había viajado a París, donde se estableció y empezó a expandir las empresas Nagy. Meses antes de mi muerte, vino a verme y me confirmó que pediría la disolución del grupo y la separación de las empresas.
Tenía la cabeza echada hacia atrás en la silla de mi escritorio, reviviendo todos esos recuerdos, cuando Brina me sorprendió entrando a la oficina. Tocó suavemente la puerta.
—¿En qué tanto piensas, señorita Larraín? —me inquirió con una sonrisa.
Levanté el rostro y le devolví la sonrisa. Llevaba dos vasos de té con burbujas y puso uno frente a mí antes de tomar asiento. Me miró fijamente y dio un sorbo al suyo. Solté una pequeña risa.
—Gracias. ¿Cómo te sientes, señorita Nagy? —le pregunté.
Sus ojos se abrieron, iluminados, y dejó la bebida sobre el escritorio.
—No sabes lo nerviosa que estoy —confesó, con voz temblorosa—. ¡Nunca he tenido un novio y esto me da muchísima ansied