La Complicidad y La Envidia

La tarde se mantenía cálida y tranquila en la terraza de la mansión Winters. Las tazas de té seguían humeando sobre la mesa, pero la conversación había cambiado de dirección: ahora se centraba en la idea del restaurante de Serena.

Serena y Dante avanzaron por el vestíbulo de la mansión, rodeados por el suave eco de los pasos sobre el mármol y el murmullo distante de los sirvientes que arreglaban los últimos detalles para la recepción del cumpleaños de Arthur. Serena sostenía la computadora con cuidado, consciente de que contenía documentos importantes que su abuelo necesitaba revisar, mientras Dante caminaba a su lado, la mano rozando ligeramente su espalda como recordatorio silencioso de su presencia.

- ¿Estás nerviosa por el proyecto? - le susurró Dante, percibiendo el ligero temblor e