Luna tenía la cara hecha una furia.
¡Si no fuera porque sus padres la obligaron a venir a esta fiesta de cumpleaños, ni de loca habría venido!
¡Un montón de gente asquerosa diciendo puras porquerías!
—Luna, ¿quién no sabe que eres la mejor amiga de Sofía? ¡Ni te molestes en cubrirla! —soltó alguien con burla—. A ver, ¿por qué no le llamas a Sofía y que venga? Dile que es el cumple de la señorita Mariana y que el señor Rivera la besa. ¿A poco no crees que vendrá corriendo?
Todos soltaron una carcajada al instante.
Luna estaba tan furiosa que su cara se puso pálida de rabia.
—¡Tú...!
—¿No vas a marcarle? ¡Entonces yo lo hago!
Uno de los juniors borrachos se abalanzó para arrebatarle el celular. Luna se quedó helada.
—¡Devuélvemelo!
En ese momento, Julián frunció el ceño y dijo con voz fría:
—¡Paco! Ya es suficiente, devuélvele el teléfono a Luna.
—¡Ya está sonando, ya está sonando!
Varios de los juniors ya estaban bien pasados de copas.
De pronto, la voz fría y desinteresada de Sofía se