Sofía frunció el ceño.
—¿De dónde sacaste eso?
—¿Todavía no lo sabes? ¡El foro de la universidad está que arde con ese tema!
La voz de Luna sonaba agitada.
La prometida de Alejandro podía ser cualquiera, menos Lola.
De lo contrario, todos terminarían burlándose de Sofía.
—¿En qué estaba pensando esa señora Rivera? Yo antes creía que era una buena mujer, y resulta que es capaz de hacer algo así. ¡Es como si quisiera humillarte a propósito!
—No te alteres —dijo Sofía con calma—. Tal vez solo sean rumores, y aunque no lo fueran, me da igual.
—¡Yo me indigno por ti, y tú tan tranquila!
Luna resoplaba furiosa al otro lado de la línea.
De pronto, Elías soltó una tos breve.
Al escuchar una voz masculina, Luna se quedó en silencio unos segundos.
—¿Qué fue ese ruido? No me digas que…
Sofía supo de inmediato que su amiga ya estaba imaginando una escena completa en su cabeza.
Se llevó la mano a la frente y dijo:
—Luna, no es lo que piensas.
—¡Ya entendí, ya entendí todo! —replicó ella, de golpe e