Después de todo, Carmela también era la heredera de la familia Márquez.
¿De dónde había salido esta Lola?
—¿Por qué rechazar algo que te dan gratis? —reflexionó la señora mayor Rivera—. Mientras sea obediente, fácil de manejar, ahorrativa, bien parecida… y que no sea esa muchacha de la familia García, todo lo demás está bien.
Antes, la señora mayor Rivera tenía su preferencia por Sofía Valdés.
Pero Sofía no era obediente.
Entonces buscarían a alguien que lo fuera, alguien que ocupara su lugar.
Sofía tarde o temprano se arrepentiría de no haber abrazado con fuerza el gran árbol que era la familia Rivera.
Mientras tanto, en la empresa Rivera.
Alejandro salió de la sala de juntas y, al entrar a su oficina, se encontró con Carmela sentada allí.
Frunció el ceño:
—¿Quién te dejó entrar?
—No vi a nadie, así que entré —respondió Carmela, sonriendo.
Sobre la mesa había todo un almuerzo preparado por ella: tres platillos y una sopa, con apariencia bastante abundante.
—No sabía qué te gustaba, as