Al escuchar a Alejandro asumir toda la responsabilidad por Sofía, la señora Rivera apenas asintió con la cabeza antes de hablar:
—Sofía, siempre has sido una muchacha lista y obediente. Pero en asuntos que tocan el honor de dos familias, has sido muy descuidada. Lo de anoche lo dejaré pasar... pero si algo así vuelve a repetirse, no me pidas que tenga consideraciones por el pasado. Ese compromiso que tienes con Alejandro, también podría reconsiderarse.
Aunque lo dijo con una sonrisa suave, en su voz se notaba claramente la advertencia.
Sofía intentó una vez más soltar su mano, pero Alejandro la sujetaba con fuerza, con una terquedad que no le dejaba ni una pizca de espacio para moverse.
Justo cuando iba a replicar, Alejandro se adelantó:
—Usted tiene razón. Sofía siempre ha sido sensata y responsable. Esta vez, fue su hermano quien actuó sin cabeza. Ella ya habló con él y estoy seguro de que sabrá cómo mantenerlo a raya para que no vuelva a suceder algo así.
Después, Alejandro giró lig