Punto de Vista de Carla
Papá siempre fue un Alfa de la vieja escuela. Le gustaba que la Casa del Alfa estuviera llena de gente trabajando, igual que en la Manada Aguasclaras donde siempre había alguien listo para lo que él necesitara. En esa época siempre había alguien para atender cualquier cosa que necesitara. Los Alfas nuevos ya no acostumbraban tanto lujo.
La gente de aquí estaba feliz de pertenecer a una manada otra vez y trabajaba el doble de lo normal. Hasta se ofrecieron a hacernos la cena a Salomón y a mí, pero él les dijo que no antes de que yo pudiera decir algo.
Él insistió en cocinar y a mí me pareció perfecto quedarnos solos en casa, pasar una noche tranquila charlando y recordando los viejos tiempos.
Al inicio no le creí cuando dijo que sabía cocinar, pero cocina de verdad. Yo conocía betas que trabajaban tanto como los alfas, sin tiempo para ellos mismos y que por eso no sabían cuidarse bien. Ver a Salomón cocinando era algo nuevo para mí.
Estábamos los dos en la cocina