—¡Es suficiente, estás usando demasiado! —gruñó Lucas desde atrás con desaprobación.
—Solo... un... poco... más... —Josi jadeó, concentrando toda su energía en la herida de Colt.
Con un suspiro de Colt, su ritmo cardíaco aumentó, la herida comenzó a cicatrizar... y su ritmo cardíaco se aceleró.
El alivio me inundó mientras ella se bajaba de él, y Lucas la atraía bruscamente hacia sí.
—¿En qué demonios estabas pensando?
—Ella estaba corrigiendo tu error. —le ladré yo.
—Esta es mi manada ahora. Si no te gusta cómo hago las cosas, puedes largarte de vuelta a tu propia manada, porque no voy a poner a los miembros de la manada, mi tierra... y mi compañera en peligro, porque no puedes mantener controlados a tus llamados amigos errantes. —el muy cabrón me rugió, encendiendo un fuego de furia dentro de mí.
—¡Necesitas irte, antes de que te arranque la maldita cabeza! —le gruñí a Lucas, mi ira burbujeaba bajo la superficie. Nuestras miradas se encontraron, ambos nos lanzamos dagas con los ojos.