—¿Estás bien? —la voz de Jorge entró en mi mente, sus ojos similares a los de su hermano denotaban su preocupación.
¿Cuánto tiempo me había quedado en blanco? ¿Cuánto tiempo había permitido que mi mente divagara?
—Sí... —afortunadamente, mi voz sonaba más fuerte en mi mente que en voz alta.
—¿Estás segura?
—Creo que necesito dormir —corté el vínculo mental, alejándome.
—Oye, Clío. —Jorge intentó atraerme hacia él, pero ya no estaba a su alcance, le di la espalda mientras me dirigía hacia el pasillo.
Necesitaba estar sola, necesitaba dormir.
—Con permiso, creo que necesito descansar. —me disculpé con todos en la habitación antes de dirigirme hacia las escaleras.
***
Jorge no se unió a mí en la noche, e incluso si hubiera dormido en la misma cama y se hubiera levantado antes que yo para revisar algo en los terrenos de la manada... su aroma había desaparecido, no había ni rastro de él.
Eso significaba que había pasado la noche sola.
Algo que no había saciado mi ira de la noche anterior, i