Punto de vista de Jorge
Debí haberme tomado otro trago de acónito líquido, era la única cosa que le impedía regresar a mi lobo cada vez que me iba.
Había una razón por la que un Alfa no abandonaba su manada a menos que fuese desafiado por el puesto, repudiado, o francamente... estuviese muerto.
Al principio no pude soportarlo, pensaba que mi lobo me arrancaría la piel mientras dormía. El impulso animal intentaba dominarme a diario para volver con mi familia, con mi manada... volver a ella.
Él funcionaba con adrenalina alimentada por la venganza contra mí, por negarle lo que era suyo.
Había amado a Clío toda mi vida.
Al principio como un amigo, un protector y un miembro de la familia. Sentía una devoción por mantenerla a salvo y pensé era resultado de la relación entre nuestras familias... pero no, el vínculo de apareamiento funcionaba incluso cuando éramos niños, intentando manipularme incluso entonces, para cuando ella fuese mayor.
Luego algo cambió, ella cambió.
Recordaba el momento