—¿Qué pasa con ese perro monstruo?
—Tiene un talento para detectar las mierdas.
—Escucha... —suspiró mientras bajaba las manos a los lados.
—No, escúchame, Javier. Ni siquiera has vuelto por un día y ya estás tratando de despreciar mi trabajo duro del último año. —Podría ser el futuro Alfa de la manada, pero era mi hermano, podía hablarle como quisiera. Ningún título lo impediría.
—No trato de despreciarte, solo intento mantener a la manada lo más segura posible... y a ti también.
—No necesito tu ayuda y, ¿qué pasa con tu amigo? ¿Traer al profesor a casa desde la universidad para ganar puntos extras?
—¡Ja! —Comenzó a reírse de mi respuesta sarcástica, ese vínculo de trillizos entre nosotros nunca me había ayudado a guardar secretos.
—Lucas, ¿por qué... te gusta? —Se cruzó de brazos, sin hacer caso de que Lobo ladraba a su lado.
—No seas ridículo. Simplemente no me gusta quedar expuesta en una reunión familiar... con un extraño presente.
—Vale, ya lo entiendo... me equivoqué. Él está aq