Capítulo 9. Parte 2
Diego:
Una vez que terminamos de almorzar, nos paramos y dejamos los platos en el lavavajillas. Marcus corre hacia el cuarto de baño para lavarse los dientes, mientras que yo, empiezo a encontrar curioso que Ambra no haya bajado a comer, siendo ya una hora prudente.
—¿Por qué será que Ambra no ha bajado a comer? —cuestiono.
—No lo quise comentar, pero ella salió antes del mediodía —comenta Roberta.
—¿No te dijo dónde iba?
Roberta hace un gesto de negación, mirándome con una ternura que me estremece, pues Ambra jamás contaría de sus planes a una persona que considera inferior.
Sin ningún interés de que este día se empañe, decido olvidar que tengo esposa, por lo que subo raudo a lavarme los dientes, para después tener toda la tarde libre, y poder estar con mi hijo, compartir con sus juegos, tal cual él se merece.
—¡Alguien me dijo que un niño necesita compañía! —exclamo, asomando la cabeza por un costado de la puerta, después de observarlo por un tiempo, viendo cómo arma un rompecabeza