Capítulo 8. Parte 2
Antonella:
Salgo agradecida por la atención brindada por el doctor verdadero, pues no estaba obligado a darme un justificativo médico, sin embargo, notó en mí la desesperación que llevo guardada. Atesoro el bendito papel, como si fuera oro puro, lo guardo en mi bolso, y me voy feliz a la otra ala del hospital para tener una cita con el doctor Brunetti.
Aviso de mi llegada, y mientras espero, comienzo a recordar al doctor falso...
«¡Qué hombre tan guapo!»
Lamentablemente, no alcanzo a visualizarlo bien, ni a imaginar nada, pues al final del pasillo un hombre espera por mí...
«Suena romántico, pero es solo mi psicólogo.»
—¿Cómo estás, Antonella? —pregunta una vez que he llegado a su lado.
—Bien, doctor, gracias —respondo con timidez.
—Por favor, entra, y ponte cómoda —sugiere, señalando el mismo sofá que me acosté la vez pasada.
—¿Deseas hablar de algo? —pregunta, como si hubiera opción de quedarme callada.
Lo quedo mirando por un rato, y no me presiona para que hable de una vez por tod