Capítulo 62. Parte 1
Diego:
Miro mi vida y la encuentro plena. Una mujer maravillosa a mi lado, un hijo que rebosa felicidad y la promesa de dos nuevas vidas que pronto llegarán para completar esta dicha. ¿Qué más podría desear? Sería una ingratitud pedir más de lo que el destino ya me ha concedido.
Marcus y Antonella corren, sus risas son el eco de la playa. Mirarlos es una melodía, un cuadro en movimiento donde se toman de la mano para escapar de mí. Mi velocidad es mayor, y alcanzo a Antonella, que cae sobre la arena con la gracia de una bailarina. Comienzo a hacerle cosquillas, y Marcus, fiel a su espíritu protector, salta sobre mi espalda para detener mi ataque. Con una sola mano lo sostengo y lo dejo junto a su madre.
—¿Intentaban huir de mí? —susurro, observando sus miradas cómplices. Percibo una travesura inminente, pero antes de que pueda reaccionar, Marcus me ataca con cosquillas. Conoce mi punto débil y, ante eso, no tengo defensa.
—¡Hey, son unos tramposos! —exclamo, rendido a la risa mientra