Capítulo 47. Parte 4
Diego:
Sintiéndome entre la espada y la pared, me devuelvo a la habitación sin saber qué hacer exactamente con esta situación que me tiene mal. Sacrificar mi relación con Antonella me duele, sin embargo, mi hijo está primero, y sé que ella sabrá entenderlo. Por otro lado, está el sacrificio de mi hijo, pues Ambra juega con sus sentimientos, y soy consciente de que la dedicación que está teniendo ahora no durará para siempre, y el perjudicado será él.
Me apoyo en el marco de la puerta, observando cada movimiento de Ambra, notando lo fastidiada que está con Marcus, queriendo escapar de su presencia, una actitud que me hace pensar con claridad.
—Papá, entra, ya me siento mejor.
—Qué bien —digo sonriendo—. Debes estar tranquilo, y pronto podrás salir de aquí.
—¿Nos iremos a casa con mamá? —pregunta con entusiasmo—, ella ha prometido que ahora no estará con dolor de cabeza.
—¿Qué tal si te quedas unos días con ella y voy por ti luego? —propongo.
—¡No! —exclama Ambra con desesperación—. Mar