Capítulo 36. Parte 6
Diego:
Mientras camino hacia donde Antonella se saca selfies al lado de la piscina, me imagino a mi pequeña familia disfrutando de esta casa que pronto se convertirá en nuestro hogar. Estoy convencido de que seremos felices aquí. Me pongo a su lado y saco la lengua para aparecer en la foto; mientras ella sonríe, hacemos algunas poses.
—Ay, Diego, esta casa es maravillosa —opina entusiasmada—. ¿Ya nos vamos?
—Sí, ya nos vamos. ¿O no quieres irte?
—Si ya terminaste con lo que viniste a hacer… Aunque me quedaría aquí eternamente —dice riendo.
—Sí que te gustaría.
—Obvio. Por cierto, ¿de quién es esta casa? No entiendo por qué solo caminamos sin hacer nada.
—Esta casa es nuestra —aseguro, esperando captar el momento exacto de su reacción.
—Ah —dice como si nada, hasta que su expresión cambia—. ¿¡Nuestra!? Pero…
—Pero nada. Quería saber si te gustaba nuestro nuevo hogar, y al parecer te ha fascinado.
—¿Nuestro nuevo hogar? —pregunta en estado de shock.
—Sí, mi amor. Esta es la casa que tú