Capítulo 19. Parte 4
Antonella:
Agradezco al público que aplaude calurosamente mi actuación, y al bajar del escenario me encuentro con la agradable sorpresa de que Diego, mi amor prohibido, está allí, esperándome pacientemente y listo para ayudarme a descender con cuidado y una sonrisa que ilumina todo mi día.
—Lo hiciste maravillosamente bien... &dice sonriendo, orgulloso de mí, lo que jamás vi en Bruno—. ¿Sabes? Esto me hace recordar la noche en que te conocí.
«¿Su tono de voz es de ilusión? Calma Antonella, no debes pensar cosas que no son, recuerda que la entusiasmada eres tú.»
Un beso fugaz roza mis labios, provocando que mi corazón, que ya está lleno, se rebalse por los lados... ¡Me enamoré! Grito por dentro.
«Si tu corazón se rebalsa, ya estarías muerta...
¡Ay, Dios! Se nota que el cerebro no sabe nada de amor. Esta vez me quedaré con el corazón.»
Agradezco la ayuda y el comentario positivo, aprovechando de guardar dentro de mi pecho mis sentimientos de amor, pues no deseo espantar a Diego, y que e