Capítulo 31. Sentimientos
   A Dragos le costó sobremanera ver a Xiomara en tan delicado estado y tener que abandonarla, ella ha sido una constante en su vida, pero no es tan tonto como para imponerse contra Sophia por ella, después de todo si quería que respetaran a Sophia no podía mantener a Xiomara en su reino.
   —Dragos, no hay necesidad que le metas suspenso, soy yo, a mí puedes decirme lo que sea.
   —Es muy obvia la animosidad entre tú y Sophia, ella no te acepta… —comentó Dragos tratando por primera vez en sus muchos años de existencia ser delicado.
   —Entiendo que tienes que aparentar querer a la niña, que la necesitas —musitó Xiomara—, no tienes que explicarme nada y podría comportarme, si ella no me quisiera morder cada vez que me ve.
   —No vine aquí a  explicarte nada, no te debo explicaciones, entre nosotros no hay un compromiso.
   —He dicho que lo entiendo, pero no nos hagamos tontos Dragos; con la única mujer con la que podrías llevar tu reino de manera satisfactoria es conmigo.
   —Para ser