- Cálmate, cielo... - me dijo, haciéndome saborear sus dedos, que chupé uno a uno mientras él penetraba profundamente en mi interior, sacándose por completo con cada embestida.
- No puedo soportarlo así... Estoy desesperada. - confesé.
Theo me agarró con fuerza por la cintura, tirando de mí hacia él, follándome finalmente con fuerza, frenéticamente, con embestidas profundas y enloquecedoras.
Me agaché ligeramente, ayudando a que nuestros cuerpos encajaran a la perfección, el sonido de nuestros movimientos resonando en el cuarto de baño de techos altos y sin revestimiento.
- Dime que tienes un condón. - le pregunté.
Me sacó rápidamente y oí el sonido del paquete al abrirse, luego sentí la fina goma que separaba nuestras pieles.
- Joder... ¿Estaría loca si dijera que esto es casi excitante? - Me reí, aún sin aliento.
- ¿Estaría loco si dijera que venirme dentro de esta polla era horrible, cuando lo único que deseaba era llenarla con mi esperma?
- É... Por poco tiempo... Y por una buena