- ¿Dónde has estado? Te he llamado al menos cincuenta veces, Malú.
- ¿Por qué no has intentado encontrarme? Sabes dónde vivo -me burlé-.
- Estoy en mi piso. Tiene escrito "Se busca vivo o muerto". Pagaré cualquier recompensa. Firmado: Heitor y Sebastián".
Me eché a reír y él no se contuvo, haciendo lo mismo.
- ¿El tío Sebastián quiere matarte? Creía que sólo era mi padre.
- Ahora tengo prohibido volver a casa. He pasado hambre, frío y dolor por tu culpa.
- Eres un imbécil, Dimi.
- Mi padre comenzará a matarme y el tuyo terminará. Siento que mi fin está cerca.
- Ahora pongámonos serios, Dimi. ¿Fuiste tú el que armó todo esto en los medios?
- ¿Yo? Por supuesto que no... ¿Por qué haría eso?
- Eso mismo me pregunté yo.
- Pero podemos tratar de averiguar quién lo hizo... Juntos. - Me tocó la pierna, apoyando la mano en ella.
Aparté la mano:
- ¡Dimi, no!
- No debes estar más con Robin.
- Claro que no. Y él quería matarme. Incluso amenazó con destruirme y bla, bla, bla... - Puse cara de asco