Gaspar se desplomó en el suelo, sintiendo como si toda su fuerza se hubiese desvanecido.
Pero eso no fue todo, Isidora levantó la vista fulminante hacia Adelaida y Ezequiel, y con un tono aterrador, les dijo: —Y ustedes dos, les anuncio que han fallado en su entrevista. A partir de ahora, están en la lista negra de nuestra empresa y nunca serán contratados.
Adelaida y Ezequiel temblaron claramente, sus rostros llenos de gran arrepentimiento.
—¡Sáquenlos de aquí! —ordenó Isidora con un gesto de la mano antes de salir de la sala de reuniones.
Beltrán miró a los tres con desprecio y ordenó con firmeza: —¡Vamos, echen a estos idiotas!
Los numerosos guardias de seguridad detrás de él se abalanzaron apresurados, levantando a los tres y llevándoselos fuera.
En la oficina del presidente de Yaphee.
Era la primera vez que Juan entraba en su propia oficina. Se dirigió a la ventana panorámica para admirar la vista exterior, afirmando con gran satisfacción.
Debía admitir que la ubicación de Yaphee