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—Te ves muy apuesto—le digo sonriente, —Alexander frunce el ceño, carraspea la garganta haciendo que los dos volteemos a verlo, no me había percatado que él seguía allí.
—¿Quién eres? —le pregunta Alexander a Max, cruzado de brazos.
—¿Quién eres tú? —contraataca mi primo, comienzo a negar con la cabeza, nad