**LEONARDO**
Y entonces lo entiendo… Estoy en problemas.
Santiago carraspea, y su presencia me arrastra de regreso a la realidad como una cuerda tirando fuerte hacia el suelo.
—¿Tierra llamando al hombre? —dice con ese tono sarcástico tan suyo, tan eficaz para incomodar.
Lo miro, o al menos intento hacerlo con naturalidad. Parpadeo un par de veces, como si eso bastara para borrar lo que estoy sintiendo.
—¿Estás bien? —pregunta ahora, bajando un poco el tono.
Asiento, tratando de sonar más despierto de lo que me siento en realidad.
—Sí, sí… Estoy bien —miento.
—Seguro… porque parece que ese beso te ha descolocado —añade él, con una sonrisa torcida—, y si es así, mejor para mí, así te olvidas de mi esposa.
Su broma tiene filo, como casi todo lo que sale de su boca. No contesto, simplemente suelto una exhalación que no llega a ser risa, y dejo que se quede con la última palabra.
—Voy a invitar a las chicas a almorzar —dice enseguida—, terminaremos lo que no se pudo hablar ayer, ¿te parec