**CAMILA**
Siento que el mundo se me viene encima cuando lo vuelvo a repetir. Mi voz tiembla, pero la verdad ya no puede quedarse dentro de mí.
—Yo sé dónde está Valeria.
El silencio que sigue es brutal, denso, imposible de ignorar. Se apodera de la habitación como una niebla espesa, y en medio de ella, siento todas las miradas clavarse en mí, inquisitivas, pesadas, llenas de confusión y miedo. Andrea da un paso hacia atrás, con los ojos abiertos como si le costara procesarlo. Santiago frunce el ceño, aprieta los labios, como si intentara contener algo que amenaza con estallar. Leonardo… Leonardo me observa como si acabara de pronunciar la peor noticia, como si acabara de traicionar a todos.
—¿Tú… conoces a Valeria? —pregunta Santiago, y su voz rasposa me hace imaginar que se le ha secado la garganta, que no entiende cómo o por qué lo sé.
Me cuesta respirar, el aire se me queda atrapado en el pecho, el corazón me late con violencia, como si quisiera salir huyendo antes que yo. El mare