Debajo de un árbol, a un extremo del campus, Aye se encontraba sentada al tiempo que estudiaba sobre la aparición del impresionismo en el arte, cuando siente que el poco sol que le alumbraba era desaparecido por una sombra, por lo que levanta la vista con cuidado y se encuentra con el bendito profesor falso mirándola con una traviesa sonrisa.
— ¿Por qué te escondes? —le cuestiona sentándose a un lado de ella.
—No lo hago —se excusa y vuelve a poner su atención en su lectura.
—Sí lo haces —le acusa él—. Después de nuestro beso en el auto no te he vuelto a ver y eso pasó hace cuatro días —habla queriendo saber que sucede con esa chica.
—Lo siento, tengo que adelantar muchas cosas y además mi tío Ian, me pidió ayuda para un regalo para su mujer e hija, ya saben el sexo del bebé y va a ser una niña, por lo que me pidió ayuda y estamos practicando una canción —Ella lo observa un instante—. Y déjame decirte que no es nada fácil hacer que mi tío Ian aprenda adecuadamente la letra de una