Un auto llegó cuando Dante, Alina y el niño estaban en el jardín. El coche, conducido por el hombre, se detuvo a unos metros de ellos. Alina observó cómo bajaban dos mujeres y un hombre. Inmediatamente, la chica rubia de cabello lacio corrió hacia ella. La abrazó fuertemente y decía palabras bajitas que ella no alcanzó a entender.
—Cariño, déjala respirar— las separó un poquito y la acercó a él— Alina— esta vez se dirigió a ella— es hermoso volver a verte.
—Gracias, emm…— calló ella— ¿Dylan? — mas o menos lo reconoció de unas fotos que le mostró Dante.
—Dylan. Soy Dylan— afirmó él, un poco apenado— y ella es Nicki. Está muy emocionada por volverte a ver. Nos hiciste mucha falta todo este tiempo
—¡Ohh Ali! ¡te extrañé muchísimo! Soy Gina, por cierto— también la abrazó y Alina notó algunas lágrimas en la chica.
Si bien, las mujeres parecían agradables, al igual que el hombre; se sentía un poco incómoda recibiendo tanta atención.
—¡Ay Gina! Mira esta hermosura— medio gritó Nicki— es el