90. CONFESIONES Y ATAQUE
El señor López metió un frenazo de golpe, mientras la sujetaba a ella para que no se golpeara y la miró de frente. ¡Sofía sí se acordaba de que habían dormido juntos en el hotel y hecho sexo! ¿Por qué entonces no le reclamó nada?
Al ver como se había detenido, Sofía lo miró toda ruborizada al darse cuenta lo que había revelado, para luego bajar la mirada avergonzada. Ella con un tono de voz de súplica le dijo.
—Por favor, no me preguntes nada, me da pena —contestó toda ruborizada.
—¿Desde cuándo te acordaste? —quiso saber López.
—Cuando se me aclaró la cabeza de las drogas —confesó toda roja— fui yo…
—¿Qué quieres decir? Yo me acuerdo desde que estaba dentro de ti —confesó López y luego preguntó: — ¿cómo iniciamos? Yo tengo la costumbre de desnudarme al dormir, ¿fue por eso?
Sofía miraba fijamente sus manos mientras estrujaba su ropa avergonzada. A López le pareció la imagen más hermosa de ella y la abrazó con amor. Luego envolvió sus labios suavemente dejándose llevar por el