59. CONTINUACIÓN
Sofía no podía evitar sentirse fuera de lugar. Los vestidos de alta costura y los accesorios lujosos parecían pertenecer a un mundo completamente ajeno al suyo. Se sentía como una impostora, como si estuviera jugando un papel que no le correspondía. Eso sin mirar los precios exorbitantes que a veces lograba distinguir.
—Creo , creo...., que es suficiente señor —dijo bajito a su jefe que le sonrió y le indicó el probador.
—Solo pruébate todo, Sofi —insistió López.
—Es mucho —balbuceó.
—No lo es, este mes tenemos cinco eventos, lo sabes y el próximo más. Tenemos que dejar encargado los vestidos desde ahora —aclaró de nuevo las cosas del trabajo para que aceptara.
—¿En serio me va a obligar ir con usted a todos esos sitios? —preguntó Sofía con desaliento.
—¿No quieres, Sofi? ¿No quieres andar conmigo para todas partes y evitar que me vuelvan a envenenar? —jugó esa carta el señor López sabiendo que ella no se iba a negar.
—Ah, es por eso que me lleva. De acuerdo, iré a cuidar de ust