Por otra parte Fenicio había estado trabajando incansablemente para descubrir lo que realmente sucedió durante aquella noche fatídica. Había encontrado un testigo clave, un camarero del bar del hotel, que reconoció a Delia y Carlos. El camarero había confesado que otra persona le había pagado generosamente para agregar un misterioso líquido a sus bebidas.

A pesar de esto, el camarero insistió en que López y él habían salido del bar por su cuenta, aparentemente en pleno control de sus facultades. No había ninguna señal de que alguien los hubiera forzado a salir o los hubiera llevado a rastras. Esta afirmación fue corroborada por un video de seguridad de un comercio frente al hotel, que mostraba subiéndose solos a su auto.

Pero lo que desconcertaba a Fenicio era cómo habían terminado en un burdel. Nada de lo que había descubierto hasta ahora proporcionaba una explicación plausible.

—Lo otro que me tiene intrigado López —decía Fenicio mostrándole todo — es esto, — dijo echando a andar