El joven Lord asintió lentamente, reconociendo la verdad en las palabras del mayordomo. Aún así, algo que le decía que detrás de los gestos generosos de Lord Henry se escondían motivos ocultos que aún necesitaba descifrar. Volvió a dirigir su mirada hacia Sofía sonriendo al ver su rostro resplandeciente. ¿Tanto amaba a César que su sola presencia la hacía olvidar la tristeza?

Sofía al ver a César llegar en compañía de Fenicio y darle la buena nueva de que Javier había despertado y que se portaba como si nada. Sintió como un enorme alivio la inundó, y un suspiro de gratitud se escapó de sus labios mientras una sonrisa iluminaba su rostro en lo que era abrazada fuertemente por su esposo.

La noticia de que Javier se encontraba bien era como un rayo de sol después de una tormenta.

—¿En serio, mi amor? ¿Javier despertó? —preguntó Sofía, con los ojos brillantes de emoción.

—Sí, hemos venido a buscarlas para que lo vean. La señora Azucena está con él ahora, y también Airis —respondió