¿Por qué eres tan difícil, Sahily?
Nunca pensé que tendría el valor de volver a tocarla de esa manera. Me puso duro, tanto así, que ni la jodida paja que di me alivió. Llamé a Zacarías, para salir un rato.
Estoy llegando a recogerlo, está sentado en una de las calzadas de su casa. Al verme se pone de pie, poniendo sus manos en su cintura y moviendo sus caderas como una tía.
—Hola, nene... Lista para darte un buen oral — bufoneó, apoyado en la ventanilla de coche y rompe a reír—, cabrón, con esa voz tan sexy, me dejaste excitado.
—¡Cállate la jeta, Zac! Y entra al coche, si no te dejo y voy por el correcto de Noel —lo amenazó.
—Ya, ya…, era broma — ríe y sube al coche.
—¿Quién estaba cerca de ti..., Sahi? — pregunta.
Me muevo incómodo y no respondo.
—¿Santiago, pasa algo que debería saber? — indaga, mirándome fijamente con sus ojos verdes.
—No joder, no. Era una tía que me tiene mamado y tuve que fingir que me vería con otra.
Frunció el ceño y encendió un cigarrillo.
—Como tú digas, he