En medio de su marea de pensamientos y análisis sentimental, Lyon agarró una de las manos del conde y la separó con cuidado de su brazo.
-Milan, la verdad es que no puedo acompañarte ahora. Yo no vine solo y tengo a alguien a quien cuidar. Lo siento, pero no puedo- puso un límite, algo que no se hubiera imaginado en el pasado que estaría haciendo ahora. Pero él ya no era un alfa soltero que podía simplemente dejar a su omega de lado y atender a otro… y no cualquiera. Un omega con el que había estado comprometido y había cortejado. Si lo pensaba bien si los papeles se invirtieran y Ashary se fuera con su exprometido porque le estuviese pidiendo ayuda, él no podría dejarlo pasar tan fácilmente.
La boca de Milan se apretó con frustración.
-Ya no eres el mismo Lyon de antes- su voz más grave que otras veces- ¿Ni siquiera puedes hacer esto por mí?
Lyon no podía retroceder. Si lo hacía le dejaría ver a Milan que tenía el control para hacerlo ceder en cualquier momento. Y como alfa las prior