-Lyon, sino me sueltas te juro que Ah- Ashary enterró las uñas en los hombros del alfa soltando otro gemido traicionero cuando los dedos del príncipe presionaron justo al final de su espalda y el inicio de sus nalgas. Y con cada centímetro que descendía Ashary sentía que esa zona se volvía cada vez más y más sensible.
¿Qué demonios?
Y no solo eso… el bulto justo debajo de su vientre bajo estaba tan marcado que lo podía sentir palpitar. Tragó en seco y se removió intentando nuevamente salir de su agarre, pero sentía que las feromonas del alfa lo estaban mareando, calentando su propio cuerpo, y haciendo que aquella zona entre sus glúteos palpitara a la par de que el miembro del alfa. Como si fuera una bestia ansiando sexo.
Un gruñido salió esta vez de sus labios que abrió y antes que Lyon volviera a presionar su espalda o más bien, una de sus nalgas donde ya se estaba posicionando su mano, enterró sus dientes en la curva del cuello de este.
-Ah- esta vez el gemido que se escuchó fue de