Como mismo Lyon había aprendido a moverse rápido para evitar ataques y su cuerpo se movía solo, tuvo que emplear esas habilidades para evitar que el omega se golpeara. Por lo que había usado su propio cuerpo como colchón. Algo que no le dolió para nada, más bien no pudo evitar sus palabras con la vena de la sien palpitando.
-Cuando regresemos al palacio te voy a hacer comer hasta por la nariz- le gruñó abrazando al omega contra él y sintiendo nuevamente su cuerpo delgado- Estás tan flaco que no pesas. Necesitas grasa para evitar tener algún golpe y que se te parte un hueso.
Soltó un largo suspiro. Ashary podría ser lo mejor del reino, la persona más capaz que conocía, capaz de poner de rodillas a todos los nobles, de enfrentarlo y ganarle en su propio juego y no era capaz de cuidarse a sí mismo.
Pues bien, al parecer él tendría que tomar cartas en el asunto. Entonces sintió una palmada en su pecho que lo hizo sobresaltarse.
-Oye, no me cambies el tema- Ashary alzó la cabeza y lo miró