Ashary miró su mano. El líquido blanquecino que allí descansaba no le daba vergüenza como en el pasado, pero tampoco se sentía del todo cómodo. El lugar donde estaba, la razón por la que había tenido la erección, las condiciones por las que se había excitado, y ni siquiera quería mencionar que para correrse había tenido que recordar como cierta voz decía su nombre contra su oreja.
De solo pensarlo su rostro se ponía rojo. Ah, se iba a volver loco. Ni él mismo sabía que su cuerpo podía llegar a ser tan sensible. Ni que con solo tocar unos puntos se excitaría de esa forma. Lo peor es que ahora que estaba consciente, estaba enlazado, no era el tercero ni estaba rompiendo ninguna regla o protocolo… se había sentido realmente bien.
-Ah- soltó un suspiro recostando su cabeza hacia atrás. Pestañeó varias veces enfocando su mirada y regulando su respiración. Con razón Lyon le había comentado sobre lo de tener sexo… más de las veces de las que él había propuesto
Después de todo, ambos eran alf