KAELA:
Miré a Kaesar a mi lado en la cama con una expresión de sorpresa, la misma que veía en él. Lo habíamos logrado, y eso nos aseguraba que, en un futuro, si lográramos comunicarnos en nuestras mentes, podríamos decir el acertijo y regresar aquí, o al menos ir a donde estuviera el otro.
—¡Lo logramos, amor, lo logramos! —exclamé con la misma alegría que apreciaba en su rostro. El latido de nuestros corazones resonaba en la habitación, celebrando una victoria silenciosa que solo nosotros entendíamos. A través del acertijo que habíamos descifrado, nuestra conexión se hacía aún más fuerte, firmemente entrelazada con los hilos de la magia que nos rodeaba. Kaesar me miró con una intensidad que parecía atravesar mi alma, lleno de amor. Ahora ya no necesitábamos estar juntos para hacer que func