KAESAR:
Sentí el peso de sus palabras, cargadas de la duda que había estado presente entre nosotros desde su regreso. Era una pregunta que no solo exigía una respuesta, sino también una reflexión sobre el legado que se nos había impuesto.
—Kaela —inicié con la intención de que comprendiera por qué lo había hecho—. Es verdad que los Arteones, que son nuestros enemigos, llevan la misma sangre que yo, pero no fue por eso que no los ataqué. Mi padre siempre decía que la verdadera fuerza de un Alfa no reside en dominar, sino en proteger, y mantener el equilibrio, eso fue lo que intenté hacer. Kaela me miró, buscando en mis ojos la verdad que jamás había sido revelada a su joven corazón hasta ese momento. Dejé que leyera todo lo que había en mi mente sin restricciones. Deseaba tanto que toda