KAESAR:
Me acerqué a ella con pasos deliberadamente lentos, controlando el temblor de rabia que amenazaba con desbordarse. Ella me observaba, alerta; pude ver cómo el dorado en sus ojos aparecía, anunciando que su loba estaba lista para enfrentarme. Pero no podía permitir que ella dominara; no, yo era un alfa dominante y, al menos, esperaba respeto de su parte, no sumisión.
—Kaela, comprendo todo por lo que estás pasando, pero hay un límite para lo que puedes decirme —respondí, tratando de calmarme. Tenía que establecer una base mínima de confianza entre ambos—. No busco otra cosa que limpiar mi nombre y el de mi familia. Pero mientras trabajamos para descubrir la verdad, debemos asegurar la protección de nuestras manadas. ¡Somos alfas, Kaela! Nuestra prioridad debe ser ellos.Ella me sostuvo la mirada sin miedo durante unos segundos que me parecieron e