LUNA ARTEMIA:
Desde mi lugar, pude ver toda la batalla entre Kaesar y mi padre, ese momento justo en que Kian, loco de furia, le rasgó la garganta. Aunque me enfrentaba a él y sabía que no era su favorita, verlo caer muerto hizo que mis rodillas flaquearan. Ahora no había marcha atrás; mi familia nunca me perdonaría, y cuando Kaesar se enterara de lo que había hecho, estaba segura de que seguiría el mismo destino que mi padre.
Por eso, debía ser muy astuta. Tenía que ganarme la confianza ciega de mi hijo para que no creyera a nadie más que a mí. Lo ayudaría a acabar con toda mi familia, especialmente con aquellos que conocían mis secretos. En particular, mi hermana Artea y su hijo Arteón. Me levanté y corrí hacia las mazmorras, decidida a acabar con sus vidas, solo para descubrir que los habían liberado y logrado escapar.Eso no era nada buen