53. LA BATALLA
KAESAR:
Frente a las imponentes puertas del palacio, el paisaje se transformaba en un centro neurálgico de destino y desafío, donde las fuerzas convergían luchando por el poder. Mientras mi mirada recorría el horizonte, una figura emergió en las torres del palacio. ¡Era mi madre!
No podía creer que ella le estuviera plantando batalla a su propio padre. Mi mente la recordaba siempre luchando por ceder a los requerimientos de la manada de mi abuelo. ¿Qué había sucedido para que estuviera defendiendo el palacio? Miré el escenario, evaluando la situación y escuchando a los guerreros más ancianos que habían luchado junto a mi padre.
—Mi Alfa —dijo un lobo muy viejo—. Su abuelo está atacando desde todas direcciones. Ha reunido a todas las manadas que temen a los Alfas Reales y no quieren que regresen. Lo más sabio es dividirnos y rodearlos.
Su consejo resonaba con la sabiduría de años en batalla, pero mi corazón titubeaba. Pensaba que en la unión estaba la fuerza. Separarnos nos debilitaría