115. EL REFUGIO DE LOS PADRES
KAESAR:
Había creído que estaríamos seguros en mi palacio, pero este laberinto de túneles no era nada bueno. Miré a todos, entendiendo de dónde había surgido el rugido de antes; venían a atacarnos por abajo. Me convertí en Kian y lancé un aullido amenazante.
—Necesito que todos salgan de inmediato de aquí —ordené, con algo en mente—. Mi Luna, cuando te avise, usarás el poder de la piedra de los Alfas Reales por esa entrada. Yo lo haré por la de mamá.
—Vas a acabar con todo, el palacio también —dijo ella, asustada.
—Mi Alfa, la Luna tiene razón; los túneles están por todos los cimientos del palacio, no es buena idea. Creo, si me lo permite, que podemos aprovechar esta situación —dijo el Beta Otar—. Traslademos a los vulnerables al refugio de la antigua manada Colmillos Blancos en la montaña. Luego, vayamos a atacar a los arteones en sus guaridas. Cuando su ejército de brujos se percate, será demasiado tarde porque utilizaremos sus propios métodos contra ellos.
—Muy buena estrat