ARTEMIA:
Había escapado por el túnel que nadie conocía en mi habitación. Corrí con todas mis fuerzas en dirección a la manada de los Arteones. Otra vez, mi hermana menor, Artea, había destruido mi vida con su último suspiro. Ahora sólo me quedaba regresar a lo que quedaba de la manada de mi familia. Kaesar debía haber atrapado a su primo, Arteón, por lo que sólo quedaba yo. Tenía que volverme muy fuerte para cuando se enterara de la verdad. Él vendría por mí en busca de venganza. Tenía que encontrar la manera de neutralizarlo.
El viento helado golpeaba mi rostro, arrancando lágrimas que se mezclaban con la rabia y el dolor que hervían en mi interior. Cada paso que daba me alejaba más de la vida que alguna vez creí estable, de la existencia que, aunque cargada de sombras, aún me permitía un respiro par