Él la miró con una intensidad que la estremeció.
—Ahora puedo imaginar una niña con tus ojos y tu determinación —respondió—. O un niño con tu sonrisa y tu capacidad para ver lo bueno en los demás. Y en lugar de asustarme, me emociona.
Aurah sintió que su corazón se expandía. Había tanto amor en sus palabras, tanta confianza en un futuro compartido.
—Estamos adelantándonos un poco, ¿no crees? —dijo, aunque la idea de una familia con Ashton le provocaba una calidez indescriptible—. Apenas nos hemos comprometido.
—Tienes razón —concedió él—. Un paso a la vez. Aunque —añadió con una sonrisa traviesa—, hay ciertos aspectos de hacer una familia que podríamos empezar a practicar inmediatamente.
Aurah rio, sintiendo el rubor subir a sus mejillas.
—Señor Moreau, ¿está sugiriendo lo que creo?
—Absolutamente, futura señora Moreau —respondió él, y la forma en que pronunció esas palabras envió una corriente eléctrica por la columna de Aurah—. De hecho... —Hizo una pausa significativa, sacando una